Pidiendo día a día para ser feliz
Por: Alejandra Morales
Foto por: Alejandra Morales/ Aminta Viracacha
Aminta Viracacha es una mujer de 38 años de edad, quien vive en el barrio Acapulco en la localidad de ciudad bolívar. Día a día sale a las calles a vender dulces y, cuando no tiene dinero para comprarlos prefiere subir a los buses y contar la historia de su vida. De esta manera recoger dinero para llevar a su casa, donde la esperan 2 hijos, además es madre soltera.
Aminta vivía con sus padres, y cuando tenía 19 años decidió irse a vivir con el papá de su primer hijo, Jean Carlos. Ella trabajó por mucho tiempo como empleada de servicio, pero lo poco que ganaba allí no le servía para mantener a su hijo mayor y con otro bebé en camino le sería imposible seguir laborando en estas condiciones.
Al pasar el tiempo Aminta se separó del papá de sus hijos, debido al mal trato psicológico y físico que sufría, ella y su hijo Carlos. Fue entonces cuando estando embarazada de su segundo primojenito se fue a vivir a una invasión en el mismo barrio, cuando salió de su hogar no se llevó mucho. En ese momento no contaba con trabajo. Debido a su mala situación económica y su mala calidad de vida, el bienestar familiar le quitó al niño menor por desnutrición.
Este hecho la impulsó a ir con su hijo mayor a vender dulces en la calle y en los buses, desde ciudad bolívar hasta el centro de Bogotá en diferentes rutas, para así conseguir un plato de comida. A medida que pasaba el tiempo ella notó que vendiendo los dulces se podía ganar entre 20.000 y 25.000 pesos diarios y por más empleos que le ofrecían ella los rechazaba por que vio en este trabajo una salida favorable a su situación económica, ya que ganaba en ocasiones más de lo que valía un día de trabajo normal y además era dueña de su tiempo.
Con arduo trabajo Aminta decidió dedicarse a vender dulces. Cada día trata de comprar algo diferente y nuevo para sus clientes. En las diferentes rutas la distinguen los conductores de losbuses y le permiten subir a vender sus productos. Cuando su situación económica mejoró decidió arrendar un apartamento para ella y su hijo mayor, quien con el tiempo empezó a ayudarle a su mamá a vender dulces todas las tardes, después de que llegaba del colegio.
De esta forma logran conseguir para un mercado y pagar las necesidades básicas como lo son agua y luz, ellos se encuentran muy bien económicamente es por esto que están haciendo los papeles pertinentes para que el hijo menor vuelva a la casa.