"SER INVISIBLE SIN SERLO" Andrés
El Grafiti es una forma de expresión artística y cultural urbana.
Por: Johanna Jaime, Laura Garzón y Milena Prada.





El grafiti crece cada día más a nivel mundial y Bogotá no es la excepción. Algunos personajes son conocidos por sus grafitis legales (murales), incluso algunas de sus piezas son aceptadas por la comunidad, como arte y pagan por ello. Sin embargo la esencia del grafiti no es lo estético que todos aceptan sino son las firmas (tags) que la mayoría rechaza, la ilegalidad , llevar la contraria y así lo explica Andrés, un grafitero de la localidad 10, que lleva haciendo piezas desde hace más de 5 años.
Empezó haciendo firmas con sus compañeros de colegio, sin saber lo que significaba, luego conoció a Ángela en la universidad, actualmente es su esposa y madre de su hijo, Juan, de dos años; ella hizo que entendiera un concepto más claro del grafiti y finalmente lo capturó en sus trazos. Su primer grafiti ilegal, un throw, fue para el cumpleaños de la tienda Dmental Grafiti, que es la más grande a nivel nacional y de ahí para acá no ha parado. Cogió el grafiti como un vicio, ya que fue un desahogo a la vida de excesos que llevaba en ese entonces, pues asegura " me partió la vida, para mí fue un borrón y cuenta nueva".
El grafiti se divide en varias cosas, la primera son las firmas, los tags, que es lo esencial de esta práctica. Luego los throw ups , en Latinoamérica se les llama bomba, es una creación reducida, no lleva más de tres o cuatro colores, no son más de tres o cuatro letras que puede llevar un personaje, lleva un relleno solido, líneas, brillos y algo que lo destaque. Por último es cuando hay una pieza estructurada, que puede ser legal o ilegal, casi siempre es legal porque es una grande, lleva variedad en colores y un boceto previo.
Andrés pertenece a un grupo activo del grafiti de Bogotá, el cual es conocido por las siglas V O K, que significan vamos ocultos crew. Se conformó gracias a que algunos de sus integrantes trabajaron con la antigua alcaldía re significando espacios peligrosos de la ciudad con murales (grafiti legal). Andrés nos cuenta que " lo mejor que tiene el graffiti a nivel Bogotá es su independencia, la gente vandal no se quedo en rayar la pared y ya, digamos hay gente que aprende a tatuar, hacer ropa, música, crean tiendas de su propia pintura y así".
Adriana Gómez colabora de los procesos locales de la Alcaldía de Engativá nos cuenta que "la alcaldía se preocupa porque existan espacios donde los jóvenes se integren socialmente y al mismo tiempo construyan su identidad mediante talleres donde se potencien sus cualidades artísticas ", por otro parte Ángela contesta " la Bogotá mejor para todos, mejor para los grafiteros no fue . Cuando estaba Petro se hacían festivales de música y se invitaba grafiteros o uno que otro festival donde se hacían restauración de muros, pero ahora no hay nada" y continua Andrés explicando "antes habían ciertas zonas donde era permitido, no era acolitado, porque no se daba nada. Pero se permitía a la persona pintar, ya no, ya es prohibido, prohibido. Incluso pintaron muchos grafitis y murales de gris que habían por las principales".
Adriana explica "la Alcaldía busca promover la práctica responsable del grafiti en la ciudad, por eso se apoyan unos espacios y otros no" por su parte como Andrés ya nos contó, la verdadera esencia del grafiti es la ilegalidad y por eso responde a las personas que piensan que el graffiti es vandalismo y que rayan los espacios públicos " a la gente no tiene porque gustarle, porque si no, no tendría gracia. Yo le digo a la persona que tiene razón. Realmente uno lo toma más para que los otros escritores (grafiteros) lo vean, y no tanto la gente normal".
Andrés como la mayoría de escritores en Bogotá tienen altercados con las autoridades, pues cuando los encuentran realizando bombas muchas veces son llevados a la URI, UPJ o a la estación más cercana y puestos presos por 12 o 24 horas.
Por último nos cuenta una experiencia con la policía "una vez estaba pintando con un muchacho de mi grupo, unas rejas de negocios, y llegó la patrulla. Entonces yo le dije bueno ya todo bien, si quiere tome la pintura y yo me voy. El man me cogió de la camiseta y me la rompió, yo le decía todo bien no me trate así, sí quiere yo me subo a la panel, pero tranquilo. El caso es que el man se le olvido quitarme la pintura y da la casualidad que cuando llegamos al CAI y abrió la panel, la encontró llena de throws. Me judicializo, me llevo a la URI de Engativá, dure allá como dos días y ya hasta que me pasaron por un abogado y se llegó a una conciliación con el estado y me tocó pagarle lo de la panel. Fue una multa alta, pero valió la pena".
*Nombres cambiados por seguridad





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